martes, 10 de agosto de 2010

Evaluación y la Era Digital






Introducción

El siguiente ensayo muestra algunos contenidos y argumentos importantes acerca del tema: la Evaluación y las Tecnologías de la Información y Comunicación, procesos, técnicas, estrategias, instrumentos de evaluación, características, tipos y usos en los ambientes educativos, dichos conceptos y enunciados son el producto de: intercambios de saberes, comentarios, discusiones y debates mediados con colegas, profesores, participantes y la utilización de fuentes referenciales relacionadas con el tema recopiladas por el autor.

Evaluación, viene del francés “avaluer” (siglo XIII), que significa: apreciar, estimar y calcular equiparativamente el valor que pudiere tener una cosa con respecto a otra. En su sentido primigenio es un proceso de equiparación y cotejo de una cosa con otra en término de determinados estándares o patrones de referencia, los cuales se fijan previamente de manera obligatoria.

Metodológicamente se entiende como un conjunto de procesos de apreciación equiparativa, estimativa, verificativa y valorativa con intencionalidad significativa, relacionados todos con el registro de datos, aplicación de instrumentos, seguimiento consistente de procesos de medición y establecimiento de juicios calificativos valorativos.

Estos se emplean para conocer el estado en que circunstancialmente se encuentra un artefacto, asunto, objeto, institución o estudiante cualquiera, en términos, precisamente, de los aludidos parámetros de referencia que hayan sido admitidos previamente como patrones o estándares de equiparación valorativa. Son dichos patrones o estándares los que le dan su singularidad al proceso de evaluación. De allí que sea muy común admitir hoy en círculos académicos que: EVALUACIÓN → Equiparación + Medición + Interpretación + Juicio valorativo

Se evalúa hoy con diversos tipos de visiones al respecto: introspectivas, retrospectivas, reflexivas y proyectivas, ya sea para determinar grados de realización instruccional, estados diagnóstico de conocimientos, nivel de logros y aprendizajes, formulación de propuestas y proyectos, nivel de impacto y medida de consecuencias y secuelas de alcances y realizaciones diversas.

Vale destacar que la evaluación en educación superior comprende seis áreas bien delimitadas: docencia o enseñanza, investigación, producción, extensión, concursos, premios o reconocimientos. En la docencia, la evaluación se fundamenta en procesos de examinación, es decir, conocimientos ciertos que por ser así, todavía se retransmiten y hasta se aprenden casi doctrinariamente.

En la investigación académica prevalece la incertidumbre, lo diferente, novedoso e inédito, por lo que la evaluación se basa en procesos que determinan la coherencia argumentativa, la consistencia metodológica y la contrastación confirmativa o falsable de incertidumbres conjetúrales e hipotéticas.

En producción se fundamenta la evaluación en procesos de confirmación de certidumbres y aceptación pública de los productos resultantes. En extensión se evalúan actuaciones públicas, el impacto que ellas ocasionan y el nivel de pertinencia.

En los concursos y, sobre todo, de oposición, la evaluación se basa en procesos que combinan certidumbre cognoscitiva con valor agregado cognoscitivo, expresado éste en la muestra de ingenio y creatividad productiva que dan a conocer los concursantes durante las pruebas. Igualmente, en la premiación o reconocimiento de productos, resultados o actuaciones, se combinan algunos de los procesos anteriores de acuerdo con los propósitos del premio o reconocimiento concreto sobre evaluación.

De manera general a continuación se mencionan algunos enfoques de evaluación propuestas por diferentes autores entre ellos: Guba y Lincoln (1989), comenta que el concepto y la praxis en la evaluación han atravesado por varias etapas de desarrollo, las cuales se han dado en llamar “generaciones en evaluación”.

A principios del siglo (XX) surge la primera generación, en ella, la evaluación es considerada, como medición, y se fundamenta en la recopilación de información útil, proveniente de la aplicación de instrumentos de medición. En efecto, ella se ha centrado en la medición de: (a) cociente intelectual; (b) factores de inteligencia; y (c) rendimiento académico dentro de una escala. Entre los proponentes de esta generación se sitúa a: Rice, Galton, Binet, Otis y otros.

La segunda generación, se ubica entre 1930 y 1967. En ella, se comienza a diagnosticar y valorar el impacto de los cambios curriculares en los resultados educacionales, dentro de un enfoque eminentemente experimental.

Una tercera generación, que se sitúa entre 1967 y 1987. La cual se centra en el manejo de la información que le permita a un evaluador emitir un “Juicio de valor”. Es decir consiste en la obtención de información que, analizada e interpretada pertinentemente, permite a los expertos emitir juicios valorativos sobre la planificación, ejecución y culminación de un programa. Aquí encontramos algunos actores como: Michael Scriven, Stake, Provus, Stuffebeam y otros.

La cuarta generación en evaluación esta representada por: Guba y Lincoln (1989), se basan en un paradigma constructivista y está en conflicto con la postura neopositivista. La “cuarta generación” habla de la evaluación como una “negociación” entre todos los involucrados: los directivos, los actores, los beneficiarios y las víctimas de un programa o una actividad escolar. Se fundamenta en la visión constructivista y en la evaluación respondente.

En términos generales, y de acuerdo con Rivas (1992), la evaluación es un proceso inherente a la actividad humana, dado que a través de ella se emiten juicios valorativos que sirven de base para la reordenación de ciertas acciones, la consolidación de aquellas que resulten positivas, o simplemente la eliminación de otras, negativas o infructuosas.

Así mismo, en el plano educativo, la evaluación cumple un papel determinante. Si partimos del hecho de que el currículo es la operacionalización de los fines de la educación, entonces cada uno de los elementos que lo conforman debe estar sujeto, de manera continua y sistemática, a un proceso evaluativo, ya que esto se traduciría en la práctica, en el mejoramiento del currículo y por ende, en la calidad de la educación.

Además, de los tipos de evaluación consideradas por Guba, es importante señalar también: (a) la evaluación como discrepancia, la cual permite determinar la correspondencia entre lo logrado y lo previsto; (b) la evaluación que apoya la toma de decisiones; la cual se fundamenta, por lo general en la teoría de sistemas, sosteniendo que ésta sólo es válida, si sus resultados afectan futuras acciones; y (c) la evaluación como diagnóstico de necesidades, la cual considera la influencia, la presencia y el efecto de aspectos relevantes del medio (contingencia), que impliquen modificaciones y mejoramiento de un programa, por una parte y, por la otra, la diferencia entre una situación inicial en relación con las metas previstas (congruencia).

Tipos y Formas de Evaluación

Evaluación Diagnóstica: se realiza para predecir el rendimiento o para determinar el nivel de información, conocimiento, aptitud, destrezas, habilidades y actitudes previas al proceso educativo. Busca establecer cuales son las características del alumno, estudiantes o participante previo al desarrollo del programa, con la finalidad de ubicarlo en su nivel, clasificarlo, reorientarlo y adecuar individualmente el nivel de partida del proceso educativo.

Evaluación Formativa: es aquella que se realiza al finalizar cada actividad, asignación o tarea de aprendizaje y tiene por objetivo informar de los logros alcanzados, y eventualmente, advertir donde y en que nivel existen dificultades de aprendizaje, permitiendo la búsqueda de nuevas estrategias educativas más exitosas. Aporta una retroalimentación permanente al desarrollo del programa educativo.


Evaluación Sumativa:
se práctica al final del periodo de aprendizaje, tiende a verificar si los objetivos fueron alcanzados por uno u otro estudiante, representa la estructura de un balance del desempeño del educando, realizada después de un período de aprendizaje en la finalización de un programa o curso. Sus objetivos son calificar en función de un rendimiento, otorgar una certificación, determinar e informar sobre el nivel alcanzado a todos los niveles (estudiantes o aprendices, padres, institución, docentes u otros).

Autoevaluación: “Yo me evalúo y tú te evalúas”
Coevaluación: “Nosotros nos evaluamos”, y en la
Heteroevaluación: “Ellos nos evalúan”

Técnicas e Instrumentos de Evaluación

Técnicas:

1.-Observación (Participante, No participante)

2.-Alternativas

Mapas de conceptos; Mapas Mentales; Entrevistas en profundidad; Análisis de producciones; Encuesta; Pruebas: escritas y orales; Técnica de la Pregunta;
Trabajo de campo e Investigación; Solución de problemas; Método de casos entre otros.


Instrumentos


Lista de cotejo; Escala de estimación; Hoja de Registro; Registro anecdótico; Guión de entrevista; Portafolio; Cuestionarios; Rubrícas; Resumen; Pruebas tipo ensayo; Libro diario; informes; registros; ensayos; tareas; Diarios de campo o libreta de campo; Crucigramas, Sopa de letra, Anagramas; Weblogs; Wiki; hotpotatoes; Webquest; foros; chat; glosarios; entre otros.

La Evaluación en la Era Digital

• Si ponemos un examen, los amigos les “soplan” por el celular.
• Si ponemos una tarea o un trabajo, copian y pegan del navegador de Internet.
• La representante de los estudiantes en un Consejo Directivo dijo: “que antes era mejor”…

Referencias Bibliográficas y Electrónicas

Becerra, Árcangel. (2004). Thesaurus de la Investigación Académica Universitaria. Un extracto especializado, ampliado, corregido y actualizado

Flórez Ochoa, R. (1999). Evaluación Pedagógica y Cognición. Colombia: McGraw-Hill Interamericana, S.A.

Guba, E., y Lincoln, I. (1989). Fourth generation evaluation. Newbury park: Sage publications.

http://redie.uabc.mx/vol6no1/contenido-martel.html

http://www.chasque.apc.org/gamolnar/evaluacion%20educativa/evaluacion.01.html

Rivas, C. (1992). Un nuevo Paradigma en Educación. Editorial de los trabajadores de lagoven. Caracas.

Scriven, M. (1974). Evaluation Perspectives and Procedures. En Poham, W. J. (Ed) Evaluation in Education. Berkeley: Mac Cutchan.

Stufflebeam, D. Y Shinkfield, A. (1987). Evaluación Sistemática. Guía teórica y práctica. Editorial Paidos. M.E.C. Barcelona.

Tyler, R. (1967). Basic principles of curriculum and instruction. Chicago: The University of Chicago Press.

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